miércoles, 6 de marzo de 2024

La yoli Mindolacio, La vida que se manifiesta a escala cósmica o colectiva.

 







Somos la capacidad completa de la sala del Teatro “El grito”, antes de subir hay gente que habla, ríe, nosotres con Juan vemos humo y nos preocupamos. Bah, yo lo hago porque tengo un master en armar escenarios catastróficos y porque sé cómo es la cultura del teatro independiente que todo lo ata con alambre y sigue para delante.

Entramos y Olave Mendoza ya está en escena, balancea sus piernas y come girasoles… Olave es una mujer, pero no es complicado ver el cuerpo de una gurisa habitándola.

A mí me llaman la yoli… dice, después cientos de nombres, de sobrenombres, de maneras de evocar los enumera a todos menos a uno que quizás desconoce.

La dramaturgia de Díaz sabe muy bien crear esas trampas, tiende el sedal, después nos espera. La tonada es una fiesta, la poesía baila en la lengua y el cuerpo.

Olave, la yoli mendolacio es una niña y su destierro tiene el olor a herrumbre que tienen los desarraigos.

En el monte, cada cosa tiene dos maneras de llamarse, ellos también. En el monte cada cosa tiene su orden y su sitio, ellos también porque en el relato no es ella la que se va del monte por elección, sino una comunidad entera que cobra vida en su cuerpo. Una comunidad desterrada, arrancada, llevada en nombre de la fe a la oscuridad que propone la civilización que los deja sin sentido…

Porque ya no pueden tocar, ver, oler y porque ya no tienen manera de religar con sus dioses.

En ese contexto, las criaturas como si tuvieran los cuerpos en llagas y el hocico quemado, intentan continuar viviendo, intentan retener algo de la niñez arrebatada porque a las casas hay que pagarlas y siempre se está en deuda, entonces hay que trabajar para achicar la cuenta…Y porque en esos barrios cerrados, angustiosos, la droga corre como no corre el sentido de vivir, no hay vislumbre de futuro.

la yoli es ella, pero también es el cuerpo de sus amigos, de su mejor amigo, es ella buscando su propio nombre que es buscar la identidad profunda, la que, para esa comunidad, proviene de la tierra, de los árboles y les traza camino. Un nombre, no pronunciable, ni liviano, ni cristiano… ella es todos los cuerpos, en el cuerpo poético de la actriz, Olave Mendoza, guiada en la dirección por Manuela Méndez.

El monólogo es de una belleza, conmovedora, Fabián Díaz conoce muy bien el entorno que busca contar, el monte cuando es macho en “Los hombres vuelven al monte” arde, en este monte femenino se llena de almas, susurra, se enerva.

Si ven algo, cuando pueden ver es sobre los techos, desde las alturas. Cómo pájaros, cómo seres espectrales.

El sedal funciona hacia la mitad de la obra hemos comprado todo, los nombres, los múltiples yo posibles de la yoli, la empatía nos recorre, pero la obra tiene momentos de ternura, de humor, nada de quedarse en el panfleto. Este dramaturgo es un exquisito de la palabra, la usa con cuidado.

La iluminación nos ayuda a entrar en un clima tan irreal que la escenografía acompaña perfectamente.

Y cuando llega al final, la capacidad completa de la sala, aplaudimos hasta que nos duelen las manos, nos ponemos de pie. Es claro para quienes actúan cuando el aplauso es premio, compromiso o necesidad acá es necesidad sin poder correr a abrazar a las personas que llevan adelante este poema visual, sonoro, técnico… Se aplaude.

Hay algo que dice Mircea Eliade en Mitos, sueños y misterios, refiriéndose a la idea mitológica del sacrificio por la tierra y de la que voy a extraer solo un fragmento:

“El sacrificio opera una transferencia gigante: la vida concentrada en una persona supera a dicha persona y se manifiesta a escala cósmica o colectiva”

 

Cuando pienso la actuación de Olave, siempre me viene al cuerpo, la idea de une actxr que arde como dice Artaud, que se sacrifica y en ese sentido me es imposible no pensar en la yoli y en ella dando sentido al relato, a la tonada, a habitar una historia tan anclada geográficamente para que nos llegue a cada uno.

Y si antes de entrar me preocupó el humo del teatro independiente cuando salgo lo agradezco.

Hacer teatro con este compromiso, con la belleza como audacia, con los riesgos que seguro corre esta producción, entregarse a actuar de una manera tan hermosa, dirigir como dirige Manuela como si en ese acto ella misma ardiera en el escenario, hacer un texto que funciona tan bien a nivel dramatúrgico sin retacear la poesía. ¡Qué incendio tan maravilloso!

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Ficha técnica de la obra

Dramaturgía: Fabian Díaz

Actúan:Olave Mendoza

Diseño de vestuario:Martina Nosetto

Diseño de escenografía:Martina Nosetto

Diseño sonoro:Juan Cerono

Diseño De Iluminación:Jessica Tortul

Asistencia de dirección:Ana Schmukler

Prensa:Valeria Franchi

Producción: Gabo Baigorria

Co-producción:El Grito

Dirección: Manuela Méndez


Teatro El Grito 

Costa Rica 5459 Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sábados 22 30 hs

Este espectáculo ganó el premio Artei a la producción del teatro independiente del 2023

Entradas a la venta

https://publico.alternativateatral.com/entradas85164-la-yoli-mindolacio?o=14


Dejo dos enlaces este a una crítica que escribió Juan Pablo Puentes 

https://artecriticas.wordpress.com/2023/10/17/desde-los-ojos-de-una-nina/

Y este video que encontré de Manuela

https://www.youtube.com/watch?v=UxX_WjrGNj4

 

domingo, 1 de mayo de 2022

Corredores

  La experiencia teatral de mirar el movimiento en espiral.

                 Este cielo también pasará

Imagen extraída de la nota de la agencia Telam


¿Qué pueden los cuerpos en escena? ¿Pueden cinco cuerpos en movimiento abrir la discusión sobre la identidad? ¿Qué es la identidad nacional?

Corredores es una obra de difícil abordaje porque su simpleza escénica nos pone en contacto con preguntas y no con certezas.

Desde el momento del ingreso a la sala se propone como una obra de pura presencia actoral, no hay tiempo para el cuchicheo previo, entrar es observar y sobre todo detener la respiración por unos segundos, frente a la sobre estimulación de las calles de Palermo, de las vidas atravesadas por la modernidad, el despojo escénico con cinco actores con ropa deportiva y la desnudez de la sala propone un encuentro con los cuerpos en movimiento.

Los cuerpos en escena, percuten, transpiran, elongan,  se conectan, se aíslan, los cuerpos en escena usan la luz y la sombra un territorio indefinido del que salen con abrigos, con agua, hacia el contacto con quiénes miramos y escuchamos en la quietud, pero eso se contrasta con furia con la hondura de los textos, con la atención que piden, con la necesidad de recorrer a partir de palabras claves los últimos años de la historia de este país.

Artaud dice en El Teatro y Su doble:

Todo muestra en el aspecto físico del actor, como en el del apestado, que la vida ha reaccionado hasta el paroxismo; y, sin embargo, nada ha ocurrido.

Ahí están los cinco corredores, los vemos, los escuchamos respirar, hablar, compramos el discurso indirecto con el que hablan, entendemos la construcción de identidad a través de la sensación permanente de correr, de atravesar el tiempo, la geografía, de permanecer en equipo y en soledad… Y sin embargo entender en medio de un calambre que fulmina qué ya no hay quién rezarle y qué se va a morir. Nada ha ocurrido, dice Artaud.

Y esa experiencia teatral es transformadora desde la conmoción, no desde el discurso, es desde la crueldad de los cuerpos que se consumen, desde el silencio que va ganando, desde la iluminación, desde los textos poéticos, desde la poesía de esa dramaturgia que por momentos es muy difícil de comprender, en ese pacto que establece y renueva con cada aparte que se establece la empatía y el entretener se transforma en alimento.

imagen extraídas de la nota de agencia Telam


Entonces, son los cuerpos en escena, recortados por la luz, la música, la palabra, los cuerpos sin quietud quiénes ponen las preguntas que no clausura y se propone “narrar el indecible argentino”.

Me interesa más, porque al fin al cabo esto se trata de mi experiencia frente y con la obra, pensar que abre preguntas sobre la historia, desde el modernismo de Lugones hasta el despojo escénico, hasta los cuerpos que imponen una dinámica que está al punto justo para quién mira, me interesa pensar en la cita de Artaud.

Y celebro mucho estas dramaturgias, que proponen no clausurar los sentidos y celebro que después de tanta virtualidad, incluido ese teatro con distancias haya una obra que propone la acción en los cuerpos, la piel, la respiración, eso que nos recuerda que cuando entramos a una sala de teatro va a ocurrir algo excepcional, algo ritual, algo visceral y simplemente vital

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Ficha de obra 

Las fotos son tomadas de la nota de la Agencia Télam 

https://www.telam.com.ar/notas/202204/589492-corredores-metaforas-de-lo-indecible-argentino.html

La información sobre la obra de Alternativa teatral.

http://www.alternativateatral.com/obra71206-corredores

miércoles, 27 de octubre de 2021

El texto como excusa. Sobre Ea, mi neñin, de Macarena Trigo.

 

"No debemos olvidar que la canción de cuna está inventada (y sus textos lo expresan) por las pobres mujeres cuyos niños son para ellas una carga, una cruz pesada con la cual muchas veces no pueden. Cada hijo, en vez de ser una alegría, es una pesadumbre, y, naturalmente, no pueden dejar de cantarles, aun en medio de su amor, su desgano de la vida. " 

Conferencias sobre Las nanas infantiles, Federico García Lorca.

Ea, mi neñin


 Lorca es para quiénes hacemos teatro, uno de esos toros bravos a los que hay que prestarle ocasionalmente el traje de nuestros cuerpos, para arrimarse a la potencia.

Se corre el riesgo, de quedarse en un teatro de la palabras hermosas, metáforas que se hilvanan sin esfuerzo  y olvidar que el teatro es una de las pocas cosas en dónde la poesía vuelve a recuperar su posibilidad mágica.

Entonces ¿Qué hace que busquemos ponerlo en escena siempre que es posible? Bueno, creo que precisamente esa posibilidad de hablar con el.

Macarena Trigo, recorrió las conferencias de Lorca, en un espectáculo anterior, lo conoce, lo amasa, lo aborda, en este espectáculo, el texto Lorquiano, se transforma en lo que tiene que ser un texto teatral, una excusa.

           
El monólogo, es una llave que Trigo usa a la perfección.

En un espacio vacío, con una puesta de luces sobria, el viaje es hacia y con el cuerpo de una actriz y el texto, no es que hable de cómo abordar estos textos, pero esa sensación del trabajo arduo con cada frase, de cada movimiento que se trenza con un texto cargado de un peso académico, demasiado alejado de la dulzura original, se nota, se disfruta y por suerte, se olvida de inmediato. El texto es una excusa, Trigo, lo ha limado, intervenido, se ha apoderado de este entramado que hace tiempo la sigue, dijo :"que lo tuvo por un tiempo largo en la cartera",  si eso no es un trabajo de orfebre, entonces nada lo es. 

Durante el monólogo, la actriz, revela las mujeres españolas, más diversas, el ceño, la mano, el pecho, la entonación, la severidad seca que tan bien conocía el granadino, pero también el humor, la actuación acentúa un humor que le da al texto nervadura nueva,  el ritmo es perfecto para lo que aborda.


  "Estoy en un plano poético donde el sí y el no de las cosas son igualmente verdaderos. Si me preguntan ustedes: "¿Una noche de luna de hace cien años es idéntica a una noche de luna de hace diez días?", yo podría demostrar (y como yo otro poeta cualquiera, dueño de su mecanismo) que era idéntica y que era distinta de la misma manera y con el mismo acento de verdad indiscutible".

Federico hablaba del teatro, aún cuando hablaba de la poesía o de cualquier cosa,  une podría decir: ¿Una función de hace unos meses es idéntica a una de ahora?, yo podría demostrar ( y como yo otre cualquiera, que aviste teatro con pasión) que era idéntica y que era distinta de la misma manera y con el mismo acento de verdad indiscutible.

Mi recomendación es que vayan a ver esta obra, que se entreguen, que apaguen el celular, que miren un cuerpo hacer cuanto puede, y aprovechen a ver los mecanismos que se despliegan en  una actuación, ritmo, montaje, disociación, complicidad, el texto entrando al cuerpo y vice versa... Y esto es posible porque Macarena Trigo, despliega una actuación precisa, afinada, abordando el texto como una excusa de poeta y de actriz.  

No sé si Trigo nos ayuda a entender porque nos fascina Lorca, despliega un camino posible y lo revitaliza, quiénes nos reímos esa noche, olvidamos un poco que Lorca es un poeta cargado de cino trágico, nos subimos a los retratos que lo muestran haciendo teatro en la universidad, un Federico vital y posible, esa es la mejor excusa de un texto teatral. 

Volver vital y posible desde las pesadillas hasta el amor, desde Antígona hasta las nuevas dramaturgias que tantas reticencias causan en las academias, el teatro tiene su propia política, su propio verosímil acepta o expulsa, sin piedad, en ese sentido Ea, mi neñin, pasa la prueba con creces. 



Me atrevo, a esta descarada primera persona, porque después de un año sin teatro con esta obra volví a ser espectadora.

Sentades en las butacas, había una electricidad amorosa, que nos recorrió a todes, nos reímos, emocionamos y no falta quién afirma que el fantasmde Federico deambuló por Timbre 4, sé que esa noche, para varies de nosotres, significó recuperar el aire, el alimento, después de cierres de salas, de quedar expuesta como fractura la deuda que se tiene ante el teatro. 

"El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre.

Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el latido social, el latido, histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo". No me refiero a nadie ni quiero herir a nadie; no hablo de la realidad viva, sino del problema planteado sin solución.

Yo oigo todos los días, queridos amigos, hablar de la crisis del teatro, y siempre pienso que el mal no está delante de nuestros ojos, sino en lo más oscuro de su esencia; no es un mal de flor actual, o sea de obra, sino de profunda raíz, que es, en suma, un mal de organización. Mientras que actores y autores estén en manos de empresas absolutamente comerciales, libres y sin control literario ni estatal de ninguna especie, empresas ayunas de todo criterio y sin garantía de ninguna clase, actores, autores y el teatro entero se hundirá cada día más, sin salvación posible" 

Dice Federico García Lorca en sus conferencias sobre el teatro. 

Hoy, hablar de hacer funciones, es hablar desde la herida que todavía supura





Ea, mi neñin se va a presentar el 7/ 11 en Timbre 4

Se pueden conseguir, ya por, Alternativa teatral

Macarena Trigo tiene una de sus trincheras acá https://mecagoenlabohemia.blogspot.com/

 https://www.silaluna.com/obras/festival-itinerante-de-unipersonales_11/?fbclid=IwAR1zOwuPrSuPJmVrQDcvihOpIzucayyfZcng0VfjkrNyqUyVZDBjiPr6Zxo

En Si a La luna hay una hermosa propuesta para coproducir. 

Como poeta, su último libro La canción de Meteora, una belleza se puede conseguir acá

La canción de Meteora. Editorial El vendedor de tierra


Las fotos las extraje, sin permiso, de su Faces. 


viernes, 13 de septiembre de 2019

La actuación vital y desprolija como hecho poético y político.

 Entrar a una ficción es ante todas las cosas establecer un pacto, un arreglo entre ese territorio que está armado con trozos, fragmentos y que constituyen un entramado.

Dentro de ese entramado todo es posible, la única veracidad que la obra se debe es así misma.
El teatro no está ajeno a esto, tampoco es ajeno a una manera de percibir el mundo que se construye de manera diferente. Pensar el teatro, mejor dicho, escribir sobre el teatro que al ver conmueve es el ejercicio que buscan estas palabras.
Hoy nos metemos en el Salón Punzó para asistir a LA PELEA, la obra dirigida por Bernardo Cappa. La anécdota que sostiene la columna vertebral es una pelea de boxeo organizada por una señora de la alta sociedad entre su hijo y Rosita. El niño de la casa que busca a su padre, pero se rehúsa a usar la violencia, esa actividad que hereda de su padre el campeón, el niño de la casa es de la clase afrancesada intelectual y en su gran mayoría estanciera que escribió en contra de Rosas. Es inevitable hacer relación con eso y también con la  sexualidad que atraviesa la historia de la literatura argentina, la carne, la desmesura, el intento por aleccionar les cuerpes y las almas de contener y de hacer permanecer entre las cuerdas.
La obra se construye en quién especta y en este caso es tan real que está complejidad está llevada al extremo, la fragmentación, la frustración, los personajes   ahí al alcance literal de las manos mientras se come y se bebe enhebra la obra, produce el sentido. , no permite asistir a ningún otro entramado que, al desorden, a ninguna solemnidad posible, pensarla es pensar en capas, en sonoridades que se superponen, en acentos, colores en la intimidad avasallada, en lo que no se dice y no sucede.
Foto extraída de LA PELEA

La pelea:
En Mitologías de 1957 Barthes analiza el Catch y dice al respecto: 
"Se trata, pues, de una verdadera Comedia Humana, donde los matices más sociales de la pasión (fatuidad, derecho, crueldad refinada, sentido del desquite) encuentran siempre, felizmente, el signo más claro que pueda encarnarlos, expresarlos y llevarlos triunfalmente hasta los confines de la sala. Se comprende que, a esta altura, no importa que la pasión sea auténtica o no. Lo que el público reclama es la imagen de la pasión, no la pasión misma. Nadie le pide al catch más verdad que al teatro. En uno y en otro lo que se espera es la mos­tración inteligible de situaciones morales que normal­mente se mantienen secretas. Este vaciamiento de la interioridad en provecho de sus signos exteriores, este agotamiento del contenido por la forma es el principio mismo del arte clásico triunfante. El catch es una pan­tomima inmediata, infinitamente más eficaz que la pantomima teatral, pues el gesto del luchador de catch no precisa de ninguna imaginación, de ningún deco­rado, de ninguna transferencia - dicho en una pala­bra - para parecer auténtico."

Extrapolar el catch por el box, el box por el “hacer un país”, el “hacer un país” con” caer a la lona”,” caer a la lona” con morir, hacer un país con no tener dónde caerse muerto, porque en definitiva de ¿Qué territorio se habla cuando se habla de país? ¿De qué acento? ¿De qué tonada? Sino en el desorden. En el desorden de lo bárbaro invadiendo la capital, en el desorden de pelear para terminar sin territorio.
 
Foto extraída de LA PELEA PH Matías Pagano
Se puede ir a ser espectadores sin saber nada de la Historia Argentina y la obra funciona igual, ahí está la angustia universal de la muerte, del reconocimiento de la posterioridad.
La obra son las voces  que se multiplican. Frases como : “ sino hay pelea hay matanza”, “Creo que en la pelea se encuentra el amor y el deseo”, “ Me robaron la pelea”, “Yo tengo dónde caerme muerto”, “¿Alguien vio a mi padre”, “Pueden tapar al muerto”, “llegaron los indios”, “Andá a comer gente”, “No comemos gente”, “Ya estaba muerto”, “No mires a la niña que tiene 16 años”, “Quiero casarme por amor”, “La niña está virgen”, “Yo soy Alemán”... Voces que golpean como cros a la mandíbula, como una derecha detrás de la oreja, que marean y aturden pero sin embargo se pide más, otra toma de Catch, otra excusa para celebrar. 
“Ala , alegría”, “Qué la tristeza no lo empañe todo”. 

Imponen una forma que no es clásica, pero le es propia y de manera brillante en esa forma traduce el contenido. Algo de ese parecer autentico que Barthes les atribuye a los luchadores de Catch sucede en esta obra que es una celebración de la actuación que nos recuerda que el encuentro es con el artificio, el sistema al que serle fiel, el lenguaje que provoca es político no sólo porque la obra esté atravesada por el imaginario de Civilización Barbarie de cabo a rabo. 
Sino porque nos recuerdan la desmesura de andar vives, de estar presente, inmersos en este país dónde la teatralidad abarca todas las experiencias desde El matadero de Echeverría, al Facundo de Sarmiento Hasta Tablas de Sangre, pura desmesura, puro regocijo por la pelea, pura aparecer de la carne.
La propuesta nos hace salir de la experiencia con la certeza de un pacto que nos empuja a la resistencia intima y colectiva eso en este ahora es uno de los grandes gestos políticos del teatro que ante todo celebra el encuentro con les humanes, el encuentro con su quehacer artístico.
La actuación es siempre profundamente política eso nos recuerda LA PELEA.



Foto extraída de La pelea. Alternativa teatral





Falta poco para La pelea. Es fantasmal. Seres que actúan para no morir porque no tienen dónde caerse muertos. Y todos sabemos, aunque pocos lo dicen, que lo jodido se viene cuando los muertos no están bien enterrados. Peleamos contra el tiempo porque es el sufrimiento que equilibra lo efímero del narcótico sentimiento de la felicidad. Somos adictos, claro. Somos aquellos que no somos. Pero actuamos lo mismo. Falta poco para La pelea y es directa contra la muerte.

Ficha técnico artística




Dramaturgia:

Bernardo Cappa
Actúan:
Ignacio BlancoAgustina Buzzofranco CardinaliAlejandro Castro SánchezNicolás EspinosaMargott FrancineSofía Iglesias Diasmalena laurentCamilo Leonel LozanoMagui MaldonadoMelisa OmillMaria PresasHoracio PuchetaBernabela RicciardelliMaximiliano Damián RodriguezCamila Roman AkmanCintia SchmuklerJulia Vilanova
Vestuario:
Maricel Aguirre
Escenografía:
Maricel Aguirre
Asistencia de dirección:
Agustina Dalmasso
Colaboración en dramaturgia:
Pedro Sedlinsky
Dirección:
Bernardo Cappa


Clasificaciones: Teatro, Adultos

TEATRO HASTA TRILCE
Maza 177 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-1758
Web: http://www.hastatrilce.com.ar
Entrada: $ 250,00 - Miércoles - 19:30 hs - Hasta el 25/09/2019


Las imágenes fueron extraídas de la página de la obra LA PELEA



lunes, 22 de julio de 2019

El espectador como hinchada/ El partidito, un delirio patronal


“Hay una vieja palabra sánscrita, lila, que significa juego. Es más rica que nuestra palabra: significa "juego divino", el juego de la creación, el plegarse y desplegarse del cosmos. Lila, libre y profundo, es a la vez el deleite y el goce de este momento, y el juego de Dios. También significa amor. Lila puede ser la cosa más simple del mundo: espontáneo, infantil, ingenuo. Pero a medida que crecemos y experimentamos las complejidades de la vida, puede también ser el logro más difícil y arduo de obtener imaginable, y cuando fructifica es como si llegáramos a nuestro verdadero ser. “free Play, la improvisación en la vida y el arte. Nachmanovitch, Stephen

Se suele decir, que el teatro es juego, invocar esta esencia como una regla poderosa que soporta absolutamente todo, se hace el cómo si, andar por un rato a un estado fuera del tiempo, ahora ¿Qué pasa cuando la estructura de la obra es el juego?
Elpartidito, un delirio patronal, propone volverse por un rato, espectadores, espectadoras, pero también miembros de la hinchada en ese cruce de empleades contra patrones que se arma en un picado organizado por la empresa.
El espacio no está simulado, ni recreado es la pura y absoluta tangible realidad una cancha de futbol 5 en el club Estrella de Maldonado, sin dudas la experiencia tiene mucho de búsqueda que acierta, pero también falla casi en los mismos sitios.
El soporte teatral desde hace un tiempo, se desnuda a sí mismo, se expone y se prueba, en estas formas en las que tiene que competir injustamente con  velocidades diferentes  y experiencias diversas pobladas de múltiples provocaciones a los sentidos, el teatro busca de alguna forma volver a lo esencial, ahí sabe que no puede y no hay manera de perder, en el contacto con les actores, con los cuerpos y las cuerpas, con las voces agitadas y con el ritmo que no acepta el botón para atrasar o adelantar.
La puesta que lleva adelante Tamara Dawidowicz, desnuda de luces, de apagones, de marcas que privilegien de manera artificial, la intervención de les personajes, pone en evidencia, la fuerza impecable de la quietud y del movimiento en esos dos principios es posible pensar esta puesta en escena y esta obra en general.
Lo que está detenido la vida de les empleades  del  centro de atención telefónica de una asegurada , que sufren la ruptura abrupta de la rutina  cuando uno de ellos, toma una drástica decisión, sin embargo, el efecto se difuminan, termina por no llegar a ninguna parte y esta es quizás uno de los desafíos de este tipo de dramaturgias que las líneas que se abren no sean devoradas por el andamiaje de puesta, por el poder que tiene el juego.
Para destacar el despliegue de voz que realiza Cristian Bernal Niño, quien hace un trabajo destacable también en Tan ruda,  su personaje canta con la nostalgia inmigrante, no sólo de quién emigra de lugar sino también de esa nostalgia de la vida toda que se pierde en los horarios de trabajo.
Si la apuesta de quiénes investigan el soporte es devolverle la pelota a quiénes juegan en la cancha, la puesta lo consigue, es muy difícil distinguir dónde empieza la dramaturgia de la obra y dónde la que construyen les actores en ese presente.  En eso acierta, en ese movimiento y su estatismo, en los relatos que interfieren el juego, desacierta en las situaciones que no alcanzan a crecer porque el poder del juego se las traga. En las líneas dobles que permite asistir al relato de esas vidas que están estáticas y confinadas a 15 speechs. 
La obra propone dos maneras de mirar, la de mirar teatro y la de mirar el picadito, cuando una decae la otra reluce y eso demuestra un enorme trabajo y una precisión admirable.
¿Soporta el teatro este cruce? Si, con creces, nos entrega relato, una experiencia y en definitiva el teatro es necesariamente eso una experiencia.

En palabras de Nachmanovitch, Lila, puro encuentro con el juego y desde el juego a ese estado de plenitud que se persigue en cada puesta.
La obra va los domingos
“Una jornada deportiva, un encuentro motivacional, un evento energético que revoluciona los cuerpos para fortalecer el sentido de esta familia de empleados y patrones: vender seguros. Es una inteligente jugada del departamento de capital humano para lograr mejorar las cifras actuales y maquillar los conflictos latentes. 
Lo de Méndez García pasó, quieren que lo olvidemos, pero no lo van a lograr - dice Aldana, una joven vendedora de productos intangibles que intuitivamente, y quizás sin dimensionarlo del todo, comienza a organizar un boicot a esta fantochada empresarial.”
Ficha técnico artística

Reservas por Alternativa teatral 

domingo, 30 de junio de 2019

Esa confianza en la palabra. Ser sin orillas, ensayo sobre Ofelia.


 “Hay personajes tan fuertes que pueden alejarse del propio contexto y continuar viviendo con toda su fuerza” Barba, Eugenio, Quemar la casa, orígenes de un director. Catálogos, 2010.


   La intertextualidad con Shakespeare es una de la más fructíferas, desde las reconocidas hasta las que se camuflan de originalidad. El dramaturgo inglés es el autor de los textos, que son la “masa madre” para desarmar el imaginario poético desde él hasta estos días.De todos los personajes Uno, es el que Macarena Trigo e Inda Lavalle, deciden llevar a cabo, poner a prueba en su existencia, demostrarlo y hacerlo brillar.
“Si tuviera que empezar empezaría por el cuadro”. Así abre el ensayo sobre Ofelia, una actriz, a la que no conocemos, cuyo vestuario nos empuja hacia el imaginario, de docente, de guías de museo, de última materia. Este detalle es una llave, ese cuerpo va a enunciar, “No voy a empezar por la ropa, algunas necesitan los trapos para poder respirar”,  varios detalles nos instalan en ese universo meta teatral, que Trigo sabe construir muy bien, en ese aviso que esto es un viaje y en este viaje les espectadores y quiénes actúan van juntes, Trigo guía, pero sabe borrar lo suficiente su mano para adivinarla detrás pero dejando que les actores se adueñen de la escena.  Y entonces se la dice, se la analiza casi con precisión, Ofelia, la niña criada en una jaula, la que no recibió amor.
¿Existe un personaje tan cruelmente tratado como Ofelia?
Los avatares de amor del príncipe, sumado a los mandatos de su padre como interesado de la corte al que no le interesa su propia hija la exponen a esta fragilidad.
¿Existe personaje más contradictorio y codiciado por las actrices que Ofelia y su locura>? Su necesidad de un hombre, de ese su hombre, su desvarío en una soledad en medio de las intrigas palaciegas.
¿Alguna vez se volverá a escribir un texto que puede ser tan filoso como este?
"Gertrudis
Voy a obedeceros, y por mi parte, Ofelia, ¡oh, ¡cuánto desearía que tu rara hermosura fuese el dichoso origen de la demencia de Hamlet! Entonces yo debería esperar que tus prendas amables pudieran para vuestra mutua felicidad restituirle su salud perdida.
Ofelia
Yo, señora, también quisiera que fuese así." Hamlet tercer acto, escena I


“vete a un convento”.  Es la llave que deciden, desde la dramaturgia para abrir el abismo, la frase en la voz de la actriz se funde y se desarma hasta los límites, a la medida que el cuerpo deja paso a este personaje, a esta versión de Ofelia, a este dolor de Ofelia.  
La actriz despliega su registro vocal, impresionante, una masculinidad en los graves que se aprovechan de su cuerpo, una actriz en un escenario desnudo, que se deja entrever en la transformación apenas iluminada por la luz de la ventana. Trigo exprime sus posibilidades y la del espacio, lo conventual ahí en esos claroscuros con que recorta el cuerpo y el despliegue actoral de Inda Lavalle que en ese tiempo intenso e irreal que dura la obra, atraviesa, pelea, flota y sostiene una Ofelia que dice, ama, declara, tiene fe en la palabra que no es otra cosa más que el teatro, la pura maravilla de no usar más que une actor, un espacio vacío y un gran texto para que suceda en una sala, el cruce con ellas de Caronte a un espacio tiempo suspendido pura literatura, puro conflicto interno, puro claroscuro, pura intertextualidad, teatro juego preciso.
Barba sostiene que un espectáculo tiene al menos tres lógicas:
“-La lógica de la energía (Flujo orgánico);
-La lógica del actor (Los propios fantasmas);
-La lógica teatral (Los espectadores).” Ibidem, pág. 105
A estas reglas Macarena Trigo le agrega algo que cada espectáculo pone a funcionar, un conocimiento del arte en general, ritmo, luz, que provienen de la plástica, de la música, confluyen en su dirección sólo para lograr que sus actores y actrices, se adueñen de la escena, se enfrenten a todo y salgan ileses. La sonoridad de esta Ofelia, es impecable, de la mano de Leandro Kalén. 
En las obras de teatro, queda claro, que yo es otre, las mujeres se definen en espejo y contradicción. Tanto como los hombres. Ofelia define salva o condena a Gertrude.  La Ofelia de ser sin Orillas, se define en la soledad conventual, en las presencias ausentes de las mujeres y en el uso continúo de los hombres de su ser.
 Ofelia, se despliega como en el cuadro, con los ojos abiertos, la que todo vio y empuja hacia ese abismo a les espectadores, ver entre las sombras, ver con los entrecerrados.


Ficha técnica de la obra
Unipersonal sobre el universo de Ofelia.
Uno de los personajes que toda actriz contiene. Cómo habitar sus palabras, qué decisiones tomar para ser ella. Una vez. Otra. Ahora.Ofelia como personaje literario, teatral, pictórico. Como tradición. Como mujer. Qué hace una actriz con todo eso.


Ficha técnico artística
Actriz: Inda Lavalle
Producción: Espacio 33
Música: Leandro Kalén
Fotografía: María Kusmuk
Gráfica: Dalmiro Zantleifer Ojeda
Texto y dirección: Macarena Trigo

ATENCIÓN: A LA GORRA pero con reserva por Alternativa Teatral
Espacio 33, decide en estos tiempos que su programación sea a la gorra, una forma de hacer y de mantener los espectáculos con público pero también una apuesta política a la red, al encuentro con la belleza y al permiso de asistir a un rato fuera del tiempo.
Para consumir estos espectáculos es muy importante nuestre compromiso como espectadores y ser conscientes de la gorra, también de pasar la voz.

La obra tiene funciones los sábados a las 20 hs, en Espacio 33


















Las imágenes han sido tomadas de Ser sin orillas, ensayo sobre Ofelia

La yoli Mindolacio, La vida que se manifiesta a escala cósmica o colectiva.

  Somos la capacidad completa de la sala del Teatro “El grito”, antes de subir hay gente que habla, ríe, nosotres con Juan vemos humo y nos ...